Romanos 3:27-31 – Lucas 18:9-14
La persona injusta | La persona justa |
1. Se reconoce inocente delante de Dios. | 1. Se reconoce culpable delante de Dios. |
2. Es la última en juzgarse a sí misma. | 2. Es la primera en juzgarse a sí misma. |
3. No pide ni tiene misericordia. | 3. Pide la misericordia divina por ella y por los demás. |
4. Busca la justicia dentro de sí misma y en sus propias fuerzas naturales, basándose en la ley. | 4. Busca la justicia afuera, en alguien más, que venga a ser su salvador y abogado ante Dios. |
5. Esta justicia propia la presenta como un mérito delante de Dios. | 5. Esta justicia la recibe de gracia, como un don y un regalo precioso de parte de Dios, ofrecido por el Evangelio, que nos habla de los méritos conseguidos por Cristo en la cruz: perdón del pecado, vida y salvación. Esta justicia, que proviene de Dios, salva al pecador arrepentido. |
6. Se remite a su propio corazón, sus propios sentimientos y emociones. | 6. Se remite a la Palabra santa y a los santos sacramentos del Bautismo y la Santa Comunión. |
7. No tiene salvación ni fe, porque se considera auto-suficiente. | 7. Tiene certeza de su salvación, aunque sea indigna de ello. |
8. Una fe falsa es activa en ella mediante obras meritorias que Dios no mandó ni prescribió en su Palabra: peregrinaciones, indulgencias, invocación a los santos, adoración de reliquias, devoción a la Virgen o al Papa, devoción por la tecnología y la ciencia. | 8. La fe es activa en ella mediante obras de amor en su vocación como padre, madre, hijo, empleado, gobernante, pastor, etc. |
9. Se deja llevar por lo que brilla y es ostentoso en este mundo, buscando así su propia gloria. | 9. No busca su propia gloria, aunque falle muchas veces en el caminar diario. |
10. No vive en arrepentimiento verdadero, pues no tiene conciencia de que ofende a Dios y de lo que es pecado. | 10. Vive y crece en el arrepentimiento diario, esto es, en contrición y fe. |
11. Debe predicársele ante todo la Ley, los Diez Mandamientos a manera de espejo para su vida, y luego el Evangelio cuando se arrepiente. | 11. Debe predicársele principalmente el Evangelio, sin descuidar la predicación de la Ley como espejo y guía para su vida. |
12. Su destino es el fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. | 12. Su destino es la dicha eterna junto a Cristo y todos sus santos. |
Adrián Correnti
15/08/2011.