16 mayo, 2019

¿Qué valor tiene Cristo en tu vida?

CRISTO ES TU VIDA


Si alguien preguntase a un verdadero cristiano qué valor tiene Cristo en su vida, la respuesta sin duda sería la que da el apóstol San Pablo en estas seis Palabras  "Para mí el vivir es Cristo", pronunciadas cerca de dos mil años. 

El artista que sus muchas horas en la compañía de su pintura y pincel y lienzo puede decir, "para mí el vivir es el arte". 
El músico que sólo piensa y sueña y habla sobre música puede decir "para mí el vivir es la música". En un sentido similar, pero inefablemente más sublime, el cristiano dice: "Para mí el vivir es Cristo".
En Cristo el cristiano encuentra la respuesta final a sus más grandes necesidades, la satisfaccion completa de sus profundos anhelo, la desaparición entera de sus más tenebrosos temores y el más rico cumplimiento de sus más altas aspiraciones. No nos maravilla, pues, de que diga: "Para mí el vivir es Cristo"
No hay bendición en su vida que halle su fundamento en Cristo. No importa a dónde vaya o adónde mire - si existe algo bueno, algo verdadero, algo que proporcione gozo permanente en la vida- reconoce que todo es una dádiva que ha recibido mediante la fe en Jesucristo, el Salvador de su alma. 
En Él, ante todo, encuentra el perdón completo para sus pecados. La Biblia dice "Cristo me amo, y se entregó a si mismo por mí". Le asegura: "La sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios, nos limpia de todo pecado". Y le promete sin el menor requisito: "Para que todo aquel que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". Porque cree en estas promesas y ha recibida de Dios mismo la seguridad de que son verdaderas, puede pasar toda hora del día en la completa convicción de que está preparado para comparecer antes su Dios. Sus pecados han sido perdonados mediante la de en Jesucristo, su Señor.
El cristiano a recibido la seguridad de ese amor sin igual y de esa divina gracia, sublime y eternal. Por medio de Cristo ha entrado en una vida de tranquilidad, gozo y esperanza. 
Por medio de Cristo ha sido hecho hijo de Dios y heredero del cielo. Por eso puedes decir con el apóstol Pablo y con todos los cristianos de todos los siglos 《Cristo es mi vida》.Cristo es la vid, el creyente es el pámpano. El creyente está ligado a Cristo por una deuda de gratitud que toda la eternidad no puede pagar. Y Cristo está ligado al cristiano por un amor tan ilimitado que nadie jamás podrá sondear su profundidad.
En esa íntima e inseparable relación con Jesucristo, el hijo de Dios, lo que forma la fuente de su interno gozo y esperanza.
En esa íntima relación con Él ha hallado la única respuesta para los más profundos anhelos de su alma tales como perdón, paz, poder, provisión, compañerismo, esperanza, verdad, seguridad, gozo y el cielo. Y habiendo hallado éstos, ha hallado la vida - vida plena y libre; vida gloriosa y y triunfante; la vida de abundancia que Dios ha garantizado para aquellos que acuden a él mediante Jesucristo su Hijo. Experimenta lo que han experimentado millones de cristianos a saber que "si alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas" entre las cosas viejas que han pasado de su vida se haya en el pecado, la culpa y el temor, la incertidumbre la duda y la desesperación. Y entre las cosas nuevas que han entrado en su vida, se halla en la certidumbre del amor de Dios, de su guía y de su protección, de la eterna Comunión con Cristo y la indudable perspectiva de la vida eterna con Él en el cielo. No hay duda, pues, de que las cosas viejas pasaron y de que todas son hechas nuevas.
Sólo aquel que puede decir con el apóstol San Pablo "para mí el vivir es Cristo" puede completar la declaración según la pronunció primeramente San Pablo "y el morir es ganancia".

H. W. Gockel.



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